La 12ª edición del festival de cortos y largometrajes Catacumba echó el cierre en la localidad valenciana de Godella con la gala de entrega de premios de su Festival de Cortos y Largometrajes, en la que se repartieron mil quinientos euros en premios, además de sus tradicionales estatuillas: los Fetos de Oro y la Muñeca Rota.
El corto Vienna Waits For You (Dominik Hartl, 2012) resultó ganador del premio al mejor cortometraje, otorgado por el jurado de esta edición, compuesto por el crítico de Levante-EMV Eduardo Guillot, la profesora universitaria Áurea Ortiz y el músico Pablo Maronda. Por su parte, la película trasnacional VHS2 (EE.UU., Canadá, Indonesia, 2013) fue reconocida por la organización como el mejor largometraje de los proyectados en esta edición.
El cortometraje valenciano El ladrón de caras (Jaime Maestro, 2013) se alzó con el Feto de Oro del público, mientras que El último onvre bibo (Daniel Aguirre-Luna Martín, 2012), obtuvo la estatuilla Muñeca Rota que Catacumba otorga a las producciones elaboradas con talento y originalidad a pesar de su escaso presupuesto. "Es una idea que surgió hace unos años para reconocer a esas obras que con escasez de recursos materiales logran plasmar una buena idea", explica Javier Llorens, miembro de la organización.
Como novedad, este año Catacumba también homenajeó a su público con los Premios Pípol y Comomolo que recayeron en el director valenciano Simón Fariza y la escritora Inés Plasencia. "Es un lujo que los cineastas podamos contar con un festival como éste en un momento difícil donde apenas hay espacios físicos donde poder proyectar nuestros trabajos", apuntó Fariza, que en esta edición presentaba su cortometraje Don Quijote y los demonios, dentro de la sección de apoyo a la cinematografía valenciana. El premio del tradicional certamen internacional de gritos José María Ferrando recayó en el gritaire local que da nombre a este peculiar concurso que expone las laringes más atronadoras.
Con un presupuesto de poco más de 3.000 euros y con el único apoyo institucional del Ayuntamiento de Godella, los organizadores de Catacumba dejaron entrever en la gala de clausura que quizás ésta haya sido la última edición del Festival. "Con la que está cayendo es de admirar el esfuerzo de levantar un festival de cine en estos momentos. Y si encima se organiza de manera divertida y con este entusiasmo es un verdadero placer poder disfrutarlo", señaló Áurea Ortiz, miembro del jurado.
En la convocatoria del Festival de esta edición se han presentado alrededor de 300 trabajos cinematográficos procedentes de cuatro continentes y de los más variados subgéneros: bizarro, ciencia-ficción, terror, extravagante, gore y fantástico, entre otros.
