Pastoral Penitenciaria atiende a 300 reclusos sin recursos en Picassent

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El Secretariado diocesano de Pastoral Penitenciaria de Valencia (SEPVAL) atendió durante el año pasado cerca de 300 peticiones de ropa y calzado de internos del Centro Penitenciario de Picassent sin familia o alejados de ella.

La mayoría de los reclusos llegan al centro penitenciario con la misma ropa con la que los detuvieron y, en algunos casos, pueden llegar a estar cuatro o cinco sin cambiarse, según ha indicado hoy a la agencia AVAN, Javier Palomares, director del SEPVAL.

“El número de indigentes en prisión ha aumentado considerablemente en los últimos años y nos llegan muchas peticiones de los reclusos recién llegados o de los que ya llevan un tiempo”, ha añadido.

Para que los internos puedan recibir la ropa deben pasar una entrevista personal con el capellán y se comprueba que realmente necesitan la ropa y que tiene dificultades familiares. Posteriormente, se ajustan las tallas y la cantidad de las prendas y se les pregunta a los presos si están realizando actividades en la prisión, un requisito indispensable para ser ayudados.

Asimismo, los funcionarios del centro facilitan al SEPVAL la información de la indigencia de los reclusos, si tienen o no visitas, cuándo ingresaron en la prisión y cuándo fue la última vez que recibieron ropa y de quien.

Una vez se han cumplido estos requisitos, el coordinador del área socio-caritativa de la Pastoral Penitenciaria, Francisco Arcís, envía la petición de ropa con un código para preservar la intimidad de los beneficiarios a alguna de las parroquias colaboradoras. Entre ellas figuran la parroquias de San Juan Bautista de Alzira, la Nuestra Señora de la Asunción de Carlet, la de San Cristóbal Mártir y la Milagrosa de Picassent y la de Sant Pere de Benifaió.

Cuando las parroquias tienen el paquete preparado el coordinador lo recoge y cambia el código por el nombre del interno al que va dirigida la ropa, su número de identificación, el módulo donde vive y lo que contiene el paquete. Posteriormente lo entrega a los funcionarios del centro penitenciario que son los que llevan directamente la ropa al preso.

Los paquetes se realizan con las prendas de los roperos parroquiales y de las donaciones que recibe el SEPVAL, que también compra en muchas ocasiones calzado ya que “es lo que más necesitan los internos”.

Durante el año 2012 se entregaron un total de 275 paquetes de ropa en un plazo que oscila desde una semana a los 10 días desde la solicitud de la petición.

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