Los sindicatos están dispuestos a plantear alternativas a unos recortes en Personal que no gustan a los trabajadores

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En la puerta del Ayuntamiento de Mislata pueden verse ya las primeras muestras del descontento de los trabajadores con las medidas de recorte en el capítulo de Personal planteadas por el equipo de Gobierno. Pegatinas y carteles criticando directamente al alcalde, Carlos Fernández Bielsa, por oponerse a los recortes del Consell y del Gobierno central y aplicar la misma política en su Ayuntamiento dan la bienvenida a los que visitan el Ayuntamiento.
Los trabajadores están molestos pues, dicen, han llegado al límite. La situación de la plantilla municipal es problemática desde hace años y parece que la propuesta del equipo de Gobierno de rebajarles un 25% la productividad ha sido la puntilla. Y es que la productividad no es tal pues es una parte del salario que desde hace años debería de haberse consolidado y constar como complemento específico.

Sin embargo, había que esperar al catálogo de puestos de trabajo para consolidar la productividad, un catálogo que desde hace diez años está muy presente en la política municipal hasta el punto de tener un papel relevante en la moción de censura que el PP presentó contra la coalición PSOE-EU en 2001.

Y es que esta medida del Gobierno socialista llega después de otros recortes como la rebaja del 5% de media del salario que el Gobierno central aplicó en 2010 a todos los empleados públicos. Además, desde los sindicatos recuerdan que las condiciones salariales de los funcionarios de Mislata están lejos de las de otros ayuntamientos de la zona. Como ejemplo, hablan de la falta de promoción interna o de la escasa funcionarización de interinos.

Por otra parte, la presidenta de la Junta de Personal y delegada de UGT, Mara Hernández, ha insistido en el hecho de que el Consistorio no puede tener queja de la dedicación y el trabajo de los funcionarios que han asumido nuevas labores sin un incremento en personal o en retribuciones. Así, se ha referido, por ejemplo, a la tramitación de los recursos contra el incremento de la Tamer que han llegado a los 2.500.

Por su parte, el delegado sindical de Intersindical Valenciana, Xavier Escós, se ha mostrado escéptico sobre la justificación del equipo de Gobierno para acometer los recortes en la que alega que es preferible a tener que hacer despidos. Escós asegura que, con los ajustes, “ni se van a evitar despidos ni hay intención clara de municipalizar servicios que prestaban empresas externas”. En ese sentido, ha advertido de que ya se ha rescindido el contrato con la empresa que llevaba los servicios de Juventud y cuyos trabajadores llevan años trabajando para el Ayuntamiento.

Pese a todo, desde las secciones sindicales aseguran ser conscientes de que se deben realizar ajustes y esfuerzos pero exigen que la decisión se tome de manera consensuada y negociada. Por ello, y aunque no disponen aún de los datos económicos que avalan la propuesta de ajustes del equipo de Gobierno, están dispuestos a plantear alternativas para debatir en la segunda Mesa de Negociación que se debe celebrar antes de que acabe el mes de marzo.

Voluntad de escuchar

Y mientras, el equipo de Gobierno, aunque sorprendido, dice, por la reacción de los trabajadores y sus representantes sindicales, asegura estar dispuesto a escuchar propuestas que vayan encaminadas a alcanzar el objetivo de cuadrar un presupuesto con 10 millones menos de ingresos que el anterior (prorrogado de 2010). Un ajuste que requiere tocar el capítulo de Personal ya que este supone más del 40% del presupuesto.

Fuentes municipales han insistido, sin embargo, en que están convencidos de que se llegará a un acuerdo con las secciones sindicales.

Respecto a las formas y las “prisas” con las que se ha comunicado los ajustes (el plan debe cerrarse antes del 31 de marzo para remitirlo al Gobierno central según la nueva legislación), desde el Gobierno municipal explican que, aunque llevan desde noviembre buscando la manera de cerrar el presupuesto, las medidas sobre Personal han sido las últimas en adoptarse porque se querían estudiar otras posibilidades antes.

Además, los datos de este capítulo no se han tenido hasta hace unas semanas pues ha cambiado el jefe de Personal del Ayuntamiento, han señalado fuentes municipales.

De momento, los sindicatos esperarán al desarrollo de la segunda Mesa de Negociación para determinar un calendario o no de movilizaciones o actos de protesta aunque, mientras se convoca, intentan evitar que la ciudadanía perciba una imagen de “privilegiados” de los funcionarios que, aseguran, “no se corresponde con la realidad”.

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