El juzgado de Instrucción número 15 de Valencia, que investiga el conocido como caso Emarsa, ha dictado auto de extradición y de prisión para Jorge Ignacio Roca, uno de los supuestos cabecillas de la trama corrupta que fue detenido la semana pasada en Moldavia.
Según ha informado el Tribunal Superior de Justicia en un comunicado, la juez ha emitido un auto de extradición y un auto de prisión para cada una de las dos causas en las que está imputado Roca: la principal, en la que está imputado por cuatro delitos fiscales, malversación y falsedad documental, y una pieza separada contra él y la empresa Notec por delito fiscal.
En los autos de extradición, el juzgado pide al Gobierno español que solicite a las autoridades moldavas la extradición y, por otra parte, ha dictado automáticamente sendos autos de prisión provisional, comunicada y sin fianza, de acuerdo con las peticiones de todas las acusaciones personadas en la causa.
Según las conclusiones de la instrucción del caso, Roca se concertó con directivos de Emarsa para interponer sus empresas en la cadena de facturación de lodos y desbastes entre 2005 y 2010 e incrementar de forma artificiosa el valor de los trabajos realizados. De este modo, se estima que Roca pudo facturar unos diez millones de euros más de lo que realmente costaba el servicio prestado.
En la pieza separada por delito fiscal, Roca figura como administrador único de una empresa sin actividad que, previo concierto con los directivos de Notec, en 2008 emitió facturas a esta mercantil por 667.300 euros, con lo que cooperó a que esta firma defraudase 251.847 euros.
El juzgado valenciano, que advierte del “claro riesgo de fuga”, recuerda que Roca residió en España hasta 2008 y en Francia hasta 2010, y que fue en septiembre de ese mismo año cuando se le perdió el rastro, aunque hay constancia de movimientos bancarios de sus cuentas posteriormente en Rumanía, China y Bulgaria.
