“Hay pruebas todos los sábados y domingos, a veces dos cada día, en poblaciones no muy lejanas, sobre todo en primavera y verano, aunque en invierno también se han multiplicado las competiciones más largas, así es difícil lograr los registros de años anteriores”, asegura Salva Maximino, presidente del Club Atletismo Puçol, organizador desde hace tres lustros del Gran Fondo.
“La clave es tener un itinerario atractivo y la seriedad en la organización, tanto para los corredores como de cara al público… y para eso es clave la ayuda delAayuntamiento, Protección Civil, la Brigada Municipal, la Policía Local y una enorme cantidad de voluntarios que nos echan una mano para cortar el tráfico, atender a los atletas y garantizar la seguridad de todos”, explica.
Con carrera en La Pobla una semana antes y el Puerto de Sagunto una semana después, el Gran Fondo Vila de Puçol cuenta entre sus puntos fuertes para mantener el interés de los atletas con un itinerario de 15 kilómetros que recorren el casco urbano, la playa y, desde hace dos años, la vereda Mangraners, una senda peatonal que une el pueblo y la playa y que es ideal para los corredores.
Además del atractivo de la carrera en sí, los atletas también disfrutan de una cómoda entrega de dorsales (desde las 15.30 horas en el aparcamiento de la antigua estación de Renfe), de un servicio de guardarropa, de un punto de atención de incidencias de última hora, todo ello pensado para que los preparativos de la prueba sean cómodos y sencillos.
Una vez en marcha, la salida es amplia y cómoda (en la avenida Font de Mora, donde también se ubica la meta), hay dos puntos de avituallamiento de agua (en los kilómetros 5 y 10), para orientar sobre los tiempos el club dispone de prácticos (esos corredores que van marcando tiempos para facilitar a cada uno en qué grupo acomodarse) y una especial atención en la línea de meta.
“Además tenemos un speaker en la playa y otro en la línea de meta, al entrar cada corredor recibe una bolsa gentileza del Club Atletismo Puçol con plátanos, naranjas de Copuzol, pasteles de Dulce Hola, Cocacola y agua, todo ello junto a otra bolsa de Consum con productos con Colonia de Refran y descuentos en empresas para deportistas, como Praxia o el Instituto Valenciano del Pie… sin olvidar los masajes gratuitos para todos aquellos que lo deseen junto a la línea de llegada”, añade el presidente.
Una atención al corredor que sólo puede compararse con el mimo con que se trata al público, uno de los grandes alicientes de la carrera, junto al trazado llano y el recorrido no sólo por terreno asfaltado en el casco urbano, sino también por la huerta, la playa y la vereda Mangraners.
Una ruidosa batucada se moverá por la zona de salida una hora antes del comienzo de la prueba, luego se trasladará a la plaza 25 de abril, lugar de paso tras la salida y poco antes de la llegada, para seguir animando al personal. La música también estará presente en el otro extremo, en la playa, con tabal y dolçaina frente al Espai Voramar.
Habrá dos speakers, uno en meta y otro en el paseo marítimo, en esta edición serán Joxe y Kike Moret. Y para que la animación al deporte sea completa, el escenario de salida y meta contará con una exhibición de spinning a cargo del gimnasio Kodama.
Por último, un factor fundamental es siempre la seguridad, garantizada por las ambulancias que aporta el Ayuntamiento de Puçol; la regulación del tráfico en las principales arterias, de lo que se ocupa la Policía Local; el apoyo de Protección Civil para informar al público y regular el tráfico en la playa; la Brigada Municipal de Obras y Servicios que se encarga de las vallas, el escenario y la limpieza antes y después de la carrera; el coche oficial del director de carrera, gentileza de Rucauto; los prácticos que van marcando tiempos, todos corredores del club organizador con el apoyo en la indumentaria de Atmósfera Sport y el Gimnasio Victoria; y, por supuesto, el cronometraje, del que se encarga este año la empresa 42ypico.
En mitad de todo este jaleo organizativo, el Club Atletismo Puçol también aportará unos 50 corredores al Gran Fondo, cifra respetable aunque lejos de los clubes que aspiran a los dos jamones como colectivos más numerosos, una iniciativa siempre bien recibida por aquellos que ayudan a que la carrera siga siendo grande año tras año.
Todo ello en el año en que Salva y su equipo finalizan su mandato como junta directiva, dos años en los que han sudado más que cuando corren, pero el esfuerzo merece la pena: “llevamos desde el 23 de enero, en que realizamos la junta general, trabajando para el Gran Fondo, pero con la experiencia acumulada del año pasado en esta edición vamos bien de tiempo y de todo… lo que no va a impedir que los últimos dos días estemos en permanente tensión, pero detalles como no incluir camisetas en la bolsa del corredor, lo que implica cambios de tallas a última hora, es algo que nos hace ir más tranquilos”.
