Durante todo un año, la imagen de la Mare de Déu ha sido custodiada por los falleros de la comisión fallera Doctor Valls, hogar que, desde este domingo, ha cambiado por el casal de la Falla Cervantes-Sant Blai. Se trata de una liturgia iniciada el pasado año y cuya gran acogida le augura una duradera pervivencia. 
Miembros de las cuatro comisiones godellenses, de la Junta Local, su presidente ejecutivo, el concejal de Fiestas, Hermenegildo Estellés, y vecinos del municipio se citaron en la Plaza del Doctor Valls para acompañar a la Virgen de los Desamparados en su traslado. Antes, las Falleras Mayores, Noelia Deval Caballer y Mercedes Cortés Arguisuelas, la despidieron con emotivas loas y fervorosas muestras de cariño.
Un ramillete de fuegos artificiales dio inicio al pasacalle al que puso música la banda de cornetas y tambores más antigua de la localidad, la de Doctor Valls. “Me congratula que la concordia y el respeto entre todas nuestras comisiones es máxima y que su colaboración para que arraigue y adquiera fuerza la Junta Local nos permita aspirar a mejorar año a año estas fiestas tan nuestras”, señaló Estellés.
Tras recorrer algunas de las principales vías del pueblo, la imagen de la Virgen llegó a la calle Sant Blai donde los porteadores de Doctor Valls recibieron el relevo de las costaleras de Cervantes. De nuevo, la pólvora estuvo presente, esta vez, para recibir a la Mare de Déu. Ya en el interior de la carpa del casal, falleras mayores y presidentes de Cervantes-Sant Blai homenajearon con sus sentidas palabras a la Virgen de los Desamparados a quien deberán custodiar hasta el próximo año.
