La Comunidad Valenciana se tiñe de azul gaviota

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Después de las elecciones del 26-J, me ha venido a la cabeza, no sin cierto pavor, la última escena de la famosa película de Hitchcock, Los Pájaros. Película donde una esplendida Tippi Hedren sale huyendo junto a un formidable Rod Taylor, de un pueblo invadido totalmente por unas gaviotas, por otro lado “nada amigables” con los ciudadanos del pueblo.

Pues bien, podemos decir que después del 26-J el mapa de la Comunidad se ha vestido totalmente de azul pepero, como la muñeca de la célebre canción. Nadie sensato y en su sano juicio podía pensar que después del ejército de imputados y expulsados como los nueve concejales del Ayuntamiento de Valencia, el PP pudiera ganar las elecciones claramente en la Comunidad Valenciana y, por ende, en toda España.

Y eso nos hace pensar a más de uno que habrá visto el electorado al PP, para donarle a este partido 8 millones de votos y 137 diputados al Congreso, 52 más sobre el segundo el Psoe. Además de un Senado con mayoría absoluta. Y eso solamente nos puede llevar a la conclusión de que los índices de confianza de la ciudadanía respecto a la capacidad de gobernanza del país por el resto de los partidos Psoe, Unidos-Podemos y Ciudadanos, ha quedado muy por debajo, incluso, del trufado de corrupción del partido de la gaviota. Inaudito pero cierto.

No hace mucho, con acierto y puntería, comentaba el periodista Luis María Ansón que el principal problema de nuestra sufrida España radicaba no en la corrupción sino simplemente en la mediocridad que impregna nuestras instituciones. Dicho lo cual, podríamos añadir que si bien la corrupción está azotando en muchos casos, con total impunidad y obscenidad, absolutamente todos los pilares institucionales del Estado, actualmente no se le queda a la zaga esa mediocridad manifiesta que, como un marchamo llevan marcados a fuego gran parte de los actuales gestores del Estado, así como la mayoría de los nuevos postulantes para sucederles.

Los inesperados resultados de las elecciones del 26-J nos ha brindado el pie y pábulo para saber, sin estrujarse mucho la sesera, el porvenir un tanto chusco que le espera a nuestro sufrido país, si tenemos en cuenta que el pueblo español ha preferido darle la victoria con 8 millones de votos al PP, partido ungido de corrupción por sus cuatro costados, en vez de dárselos a su alternativa natural socialista como es el Psoe, así como igualmente a los dos nuevos partidos emergentes, como son Ciudadanos o Podemos. Este hecho, pone de manifiesto desgraciadamente, a pesar de la corrupción en el PP, la poca o nula confianza de gran parte de ese diverso electorado hacia estos últimos partidos autodenominados de la “nueva política”. Al grito del “más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer”, el PP ha desarrollado una campaña que parece ser que le ha dado buenos réditos. De entrada, 600.000 votos más recuperados desde las elecciones del 20-D. Una gran parte de ellos huidos del seno de Ciudadanos, de vuelta al “calor” de su casa madre o nido de las gaviotas y los gaviotos.

Hace un rato estaba observando las cifras correspondientes a los resultados en los pueblos pertenecientes a las comarcas de l'Horta y desde luego la resultante no tiene vuelta de hoja, por muy inaudita que parezca, viendo como el PP se ha hecho con la victoria en 35 pueblos, Podemos-Compromis en 7, y el Psoe en su bastión de Quart de Poblet. En estas comarcas , todos los partidos han perdido votos respecto al 20-D, excepto el PP que ha recuperado cerca de 14.000.

Por lo demás, el más tocado respecto a la pérdida de votos por lo visto ha sido Ciudadanos, que solo en Valencia ciudad ha perdido más de 5.000, en la Comunidad unos 40.000 y España, unos 400.000.

Finalmente, este país necesita hoy más que nunca de los ratios de generosidad, talento, excelencia y sentido común de aquellos políticos de los llamados de la “vieja política” que hicieron posible una modélica Transición de la Dictadura al régimen de Libertades que ahora estamos disfrutando todos por igual. Creo que los cuatro tenores, Rajoy, Sánchez, Rivera e Iglesias, deberían de hacer ahora una cura de humildad Socrática y, siguiendo el ejemplo de los padres de la Transición, darle una salida rápida y honrosa a este país por ahora llamado España que, entre las mandangas de los unos y los otros, están dejándolo como unos auténticos zorros. Ya que todo lo demás se quedaría en un simple ejercicio más de mediocridad y ombliguismo que ni nuestro país ni sus ciudadanos nos merecemos.

José Antonio Sorzano | @JoseSorzano | Periodista y abogado | Foro de Opinión Salvador de Madariaga

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