La Sala de lo Penal del Tribunal Supremo ha rechazado el recurso de casación presentado por el acusado y, por tanto, confirma la condena a cinco años, seis meses y un día de prisión, inhabilitación para el ejercicio de la profesión y multa impuesta por la Audiencia Provincial de Valencia a un abogado que estafó a veintitrés clientes desde los años 90 hasta el 2005.
Según la sentencia del Supremo hecha pública hoy por el Tribunal Superior de Justicia valenciano, el abogado Juan Carlos Auñón “se aprovechó de ser una persona conocida en la población para atraer a clientes que depositaban su confianza en su trabajo”.
Según la sentencia, el abogado hacía firmar a los clientes un poder para actuación procesal y en algunos casos cobraba por adelantado. A veces iniciaba el procedimiento para luego abandonar la causa y, en ocasiones, ni tan siquiera realizaba gestión alguna. Cuando los clientes trataban de ponerse en contacto con él, no aparecía por el despacho ni contestaba las llamadas e, incluso, cerraba el despacho que los clientes conocían para abrir en otra dirección del municipio.
El perjuicio para los clientes era aún mayor puesto que el acusado se quedaba siempre con la documentación original del caso por lo que, aquellos no podían contratar a otros abogados para que llevaran sus procedimientos.
La Audiencia Provincial de Valencia dictó en enero una sentencia condenatoria contra Auñón, en la que le imputaba delitos de estafa agravada, con penas de cinco años, seis meses y un día de prisión, y de deslealtad profesional, con penas de veintiún meses de multa a razón de diez euros al día e inhabilitación para ejercer la abogacía durante tres años, nueve meses y un día.
La representación de Auñón recurrió en casación ante el Tribunal Supremo por infracción de Ley y de precepto constitucional, recurso que la Sala de lo Penal ha desestimado en la sentencia conocida hoy.
