El poder del no

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No

Imagínate escribiendo un informe urgente y recibir constantemente mensajes en el chat de Facebook o Skype. Imagínate estar haciendo un trabajo en tu casa con la puerta abierta y los vecinos entrando para pedirte otro favor. Al final del día tus miles de 'amigos' virtuales y tus vecinos estarán felices y tú sin el informe y con el trabajo de casa aún pendiente.

Pareciera que nos cuesta decirle a la gente no: no puedo hacerte ese favor, no puedo hablar ahora, no me apetece, no quiero, … En el fondo tememos que nos dejen de querer o buscar si rechazamos alguna propuesta o petición.

Y si con los amigos o conocidos es difícil con los familiares puede ser hasta traumático. Si eres el único que tiene coche seguro que te convertirás en el chofer de todos, desde los abuelos hasta los sobrinos… si no aprendes a decir que no.

Ni hablar de las expectativas familiares que debes sortear por el solo hecho de llevar el apellido que tienes: ir a la universidad, trabajar en una empresa, casarte, tener hijos, comprarte una casa, … ir de vacaciones a Disneyland.

Si todo eso está dentro de tu proyecto personal de vida no hay problema, todo será miel sobre hojuelas. Pero qué sucede si no quieres ir a la universidad, si quieres ser freelance, si no deseas casarte ni tener hijos y menos una casa… qué pasa si odias a Mickey Mouse.

Por evitar decir que no se nos va una hora, una tarde, un fin de semana, una Navidad, unas vacaciones, … una vida. Y de repente te ves ante el espejo con 50 años, con tus amigos, familiares y vecinos celebrando tu cumpleaños y tú infinitamente triste por haberte negado a ti mismo, a tus deseos, y haberle dicho sí a todo el mundo.

La propuesta que te doy no es que te conviertas en un paria social o un excéntrico ermitaño. Solo te sugiero que comiences a darle prioridad a tus proyectos que a la larga te servirán de aliento cuando las cosas no vayan muy bien y los amigos desaparezcan.

Cerrar la puerta de tu casa cuando necesitas concentrarte y bloquear el chat de Facebook mientras trabajas es un inicio sencillo para empezar a decir no. Comenzar a negarle favores a tus familiares será un poco más difícil pero con el tiempo verás que seguirán queriéndote y además ganarás algo más: respeto.

Y pareciera que hacerle un favor a alguien o dejar tus actividades por un rato para conversar no es trascendente y además puede proporcionarte algún tipo de satisfacción. Así es, no te propongo ser un ególatra malhumorado que espante a la gente. Lo que sugiero es que escuches y apoyes al ser más importante de tu vida, tú mismo.

En definitiva aprender a decir no de forma asertiva es una forma de decirte sí a ti y a tus sueños. Entonces, ¿a quién le vas a decir no ahora?

Joaquín Pereira | @Joaquin_Pereira | Escritor y Periodista | https://jkpereira.wordpress.com/

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