Adelaida 16/12/2015

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005 Nos sentíamos amparados por el AMOR. Queríamos permanecer invisibles al mundo para que nadie nos destruyera. Felicidad. #TuitRelatoHN2014 Sinto petit 10/04/2014, mañana

Apoyado en el marco de la ventana, con la luna a mi espalda. Delante, el firmamento, nítido, relleno de estrellas con una brillantez especial, el que le dan mis lágrimas.

Mientras mi mirada se perdía entre la multitud de estrellas, escuchaba una canción que desde mis diecisiete años hasta ahora, los sesenta y uno, siempre me ha acompañado. En un punto de la canción, dice “Buscaré la estrella que brillaba en tus ojos, le daré mi mano y le pediré que su luz me lleve a ti”.

Te siento triste, llorando. Te imagino sentada en la playa. Escucho el rumor de las olas, y me duelen tus lágrimas que se convierten en estrellas y se mezclan entre los millones de luceros en el universo. Millones de lágrimas de aquellas personas a quienes el dolor y la tristeza las castigan. Y me lo hago mío.

Me entremezclo con las sombras. Te encuentro allí, con tus miedos, tu soledad, tus auto-reproches, tus carencias, tus distancias, tus desamores. Y me lo hago mío.

Me acaricia la brisa. Siento tus suaves labios al besarme. Tu dulzura al deslizar tus manos por mi cuerpo. Y me lo hago mío.


Alguien me dijo que estábamos hechos de polvo de estrellas. Quizás sí. Hoy me pregunto si estamos hechos de trocitos de todos aquellos seres que nos han hecho sufrir, llorar, reír, soñar, sentirnos felices. Hechos de trocitos de dolor, de placer, de AMOR.

Pero vuelvo al mundo donde todo se puede tocar y oler. Es seguro que miles de personas se están muriendo de hambre, y entre ellas, niños inocentes y castigados por la codicia de los que orgullosamente se autodenominan “SERES HUMANOS”.

Un mundo lleno de prisioneros de ellos mismos que gimotean sus miserias. Lleno de otros prisioneros involuntarios, sin ninguna culpa, sólo la de ser débiles ante aquellas personas que nunca se hartan de oprimirles para llenar sus bolsillos.

Y mientras esto, y otras injusticias más, sucede, miles de personas, como yo, hablarán de estrellas, de estrellas, de amor y de dulzura, de ternura y de paz. Miles de personas que cierran los ojos a su entorno, cierran los sentimientos a quienes las estrellas, las estrellas, las palabras embaucadoras no les alimentan, no los aligeran sus miserias. Personas que...

Seguramente, te digo toda esta mezcla de sentimientos casi opuestos, porque, yo, me lo hago todo mío y sufro. Porque sé que a tú, amada, te lo puedo explicar todo, eres mi refugio, no para esconderme, sino que para buscar, con serenidad, herramientas para ayudar, para poner mi granito de arena. Aunque me yerre y haga cosas que hacen errar.

De nada me arrepiento. No hay nada de qué arrepentirse. Nada se obtiene del arrepentimiento. Si te hago daño, estando en un momento de felicidad, por ejemplo, al arrepentirme, ¿te volverá el momento de felicidad en que estabas cuando te hice daño? No. Tenemos que ser consecuentes de nuestras acciones y asumir el que ellas comportan y siendo conscientes de que no somos ni mejores ni peores, sino que diferentes. El universo está hecho de millones de partículas diferentes. Cuando empezamos a clasificarlas, como mejores o peores, es cuando empezamos a construir nuestra propia prisión, nuestra propia esclavitud.


 Sinto Petit | @sinto_Petit | Ganador del I concurso de Tuit-Relatos de Hortanoticias

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